Sobre alfombras y elegantes arcos florales, el Santísimo Sacramento realizó su peregrinación por el perímetro de la Plaza Mayor en medio de cánticos festivos, himnos y oraciones.
El multitudinario acontecimiento místico llevó como lema: “Hoy Quiero Quedarme en Tu Casa”, dirigido a todas las familias, para que abran las puertas de sus corazones al Señor, presente en la Eucaristía con su Cuerpo, Alma y Divinidad.
Previamente a la solemne procesión, el Arzobispo, Mons. Miguel Cabrejos presidió la Misa sobre el estrado eucarístico, concelebrada por el Obispo Castrense, Mons. Juan Carlos Vera Plasencia, sacerdotes diocesanos y religiosos de esta jurisdicción eclesiástica.
El prelado trujillano recordó que “la Eucaristía es también la presente cercanía de Dios con su pueblo que peregrina, que camina en medio de la oscuridad de la historia, y es un resplandor de luz hacia la esperanza que el dolor y la muerte serán expulsado de la historia” dijo.
En otro momento refirió que la “Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor nos invita a revivir con intensidad la “comunión eucarística”. Debe ser una necesidad casi física, primordial, radical. Es por eso que en los Salmos el deseo de la unión con Dios está representado con imágenes de hambre y de sed”, señaló.
Finalmente, invitó a reconocer en el Señor como el único Dios allá arriba en el cielo y aquí en la tierra, por lo que pidió no tratarlo como a un mendigo: “No le demos a Dios de lo que nos sobra, sino tratémosle como lo que es”, recomendó.
Luego de impartir con la custodia la bendición eucarística y presenciar un festival de fuegos artificiales, Mons. Cabrejos Vidarte agradeció a la organización, que preparó el evento con meses de anticipación, y la activa participación de Mons. Juan Carlos Vera y sacerdotes, quienes juntos a sus fieles respondieron con fe, amor y devoción al llamado del Santísimo Sacramento.
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