“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos, acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos. Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la vimos y somos testigos, y les anunciamos la Vida eterna” (1Jn 1, 1-2).
Con este texto bíblico quiero iniciar mi saludo a ustedes Maestros Testigos del Evangelio, portadores de la Buena Nueva y en ustedes a todos los educadores en el día del Maestro.
Educar en la Fe es el regalo que Jesús Maestro colocó en el corazón de cada docente Católico para que sean promotores de los valores del Reino de Dios con cada gesto, con cada momento de su vida. Sólo un verdadero Maestro, con una Vocación fortalecida por la Fe, es capaz de educar con el ejemplo; tarea difícil en un mundo globalizado que propone ideologías modernas contrarias al proyecto que Dios tiene para el hombre. Hoy más que nunca nuestros niños y jóvenes necesitan que se le transmita a un Dios vivo, real que se visualiza en acciones concretas trasmitidas con nuestro testimonio.
Dios colocó bajo nuestra responsabilidad el alma de los niños y jóvenes para que les ayudemos a descubrir las bondades que poseen como hijos de Dios y para que vivan un proyecto de amor. Sabemos que la tarea no es fácil, pero con la fuerza del Espíritu Santo en la oración y en la Eucaristía, lograremos ser parte de la construcción de un Reino de Amor.
La Oficina Arquidiocesana de Educación Católica fortalece su misión con la oración y con el acompañamiento en su tarea pedagógica y pastoral, con la finalidad de hacer viable su misión educadora.
Que cada alumno sea un reto para nosotros, y nuestra meta sea, dejar la huella de Dios en sus corazones.
Trujillo, 01 de Julio del 2013
Sor Rosario Ojeda Hernández. C. de la C.
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