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martes, 17 de febrero de 2015

LA ODEC TRUJILLO SE PRONUNCIA

CARTA ABIERTA  LAS AUTORIDADES  Y  COLECTIVIDAD TRUJILLANA EN EL MARCO DEL PROCESO DE MATRÍCULA 2015 EN LAS INSTITUCIONES  EDUCATIVAS DE ACCIÓN CONJUNTA ESTADO-IGLESIA CATÓLICA.

Trujillo, 12 de febrero de 2015


A la Oficina Diocesana de Educación Católica de la Arquidiócesis de Trujillo le corresponde garantizar, apoyar y orientar la educación católica en las instituciones educativas de acción conjunta en toda la jurisdicción arquidiocesana; de acuerdo su reglamento, también le corresponde consolidar la vigencia de los valores humanos y cristianos dentro y fuera del ámbito escolar(R.S. Nº23-90-ED). En virtud de esto, sentimos el deber expresar nuestro parecer respecto a los acontecimientos recientes en torno a las supuestas irregularidades que se habrían cometido en el proceso de matrícula en dos de las instituciones educativas de acción conjunta Estado –Iglesia.

No podemos dejar de lamentar las inexactitudes en las que ha incurrido algún sector de la prensa local al afirmar que en las instituciones educativas regentadas por la Iglesia se prioriza el factor comercial y lucrativo.

En el marco de la libertad religiosa que se vive en nuestros tiempos, es natural que haya distintas apreciaciones sobre asuntos tan complejos como la educación de nuestros hijos; sin embargo, en este mismo marco, la ODEC-T (entidad de la Iglesia Católica de Trujillo) que tiene clara su misión en el contexto de cooperación y contribución con las tareas del Estado y las responsabilidades sociales, cree necesaria destacar la abnegada labor  de religiosas y religiosas, de docentes católicos y  de los laicos en general en la tarea educativa. En este sentido:

1.      Todas las instituciones educativas de acción conjunta se rigen por la normatividad vigente  del Estado peruano. Si se hacen cobros en los proceso de matrícula, estos están respaldadas legalmente. El propio Estado ha regulado mediante la Ley 28628 la participación de los padres de familia en las APAFAS y, dentro otras funciones, les asigna la responsabilidad de velar por la mejora de los servicios, infraestructura, equipamiento, mobiliario escolar y materiales. No es responsabilidad de la Iglesia las incongruencias entre las normas oficiales y las decisiones de sus funcionarios.

2.      No es casualidad que frente a los procesos de racionalización de docentes y cargos directivos en las instituciones educativas administradas por el Estado, las I.E.A.C., por el contrario, requieren cada año de mayor número de profesores  para atender a un creciente número de estudiantes. Los docentes y directivos católicos hacen un trabajo silencioso que convence a los padres de familia y por eso prefieren el servicio responsable que la Iglesia brinda en  más de cuarenta colegios de acción conjunta y a través de más de 280 profesores de religión en las instituciones educativas públicas. La iglesia hasta ahora sigue siendo una opción educativa confiable para los padres de familia.

3.      Los recursos estatales siempre han sido limitados y en muchos casos, nunca oportunos para garantizar el funcionamiento de las instituciones  educativas; las que administra la iglesia católica  en convenio con el Estado, a pesar de las limitaciones, se esfuerzan por brindar a los estudiantes un espacio digno. Los costos en el logro de este espacio se logra con la participación responsable de los padres. La Iglesia no puede renunciar a su rol formador que alcanza a  la familia.
4.      Aunque no es una condición obligatoria, es legítimo el establecimiento de parámetros para la admisión de los estudiantes. El propio Estado lo reconoce  y este año en las Normas y Orientaciones para el Desarrollo del Año Escolar 2015 en la Educación Básica aprobadas por Resolución Ministerial N° 556-2014-MINEDU,  se hace notar con claridad: “en el caso que la Institución Educativa privada y pública tenga un mayor número de postulantes que vacantes, la Institución Educativa podrá establecer criterios de priorización para la selección de las familias a admitir”.  La Iglesia necesita utilizar criterios que le permitan actuar de manera responsable ante una creciente demanda de su servicio educativo por parte de la colectividad.

Con la firme confianza en que el trabajo denodado y silencio de cada uno de los directivos, docentes y padres de familia de las instituciones educativas de la arquidiócesis ha de seguir siendo una alternativa confiable para la comunidad trujillana, La ODEC-T reitera su compromiso con el desarrollo de la región  y ratifica su gran preocupación por la formación humana de los niños y jóvenes, y sus respectivas familias.

Mg. Jorge Manrique Catalán
Director